
El anuncio realizado por el Gobierno de Nicolás Maduro, a través del ministro del Interior, Diosdado Cabello, sobre la suspensión inmediata de los vuelos entre Colombia y Venezuela provocó un impacto directo en las operaciones de múltiples aerolíneas que cubren la ruta binacional.
Esta decisión, según explicó Cabello, obedece a presuntos intentos de introducir “mercenarios” al país bajo la apariencia de turistas. Las implicaciones de esta medida, aunque inicialmente presentadas como de seguridad, se están traduciendo rápidamente en consecuencias operativas y económicas para el sector aeronáutico de ambos países.
La suspensión de vuelos entre Colombia y Venezuela, aunque sea por una semana (del 19 al 26 de mayo de 2025), tiene implicaciones significativas en varios ámbitos, especialmente para los pasajeros, las aerolíneas y la conectividad regional.
Para ejemplo, un botón
Juan Miguel Rocha, un joven caraqueño que precisamente este martes tenía planificado un viaje hacia Medellín, Colombia, con la finalidad de allí emprender un vuelo de vacaciones hacia Estados Unidos, narró en conversación telefónica con Efecto Cocuyo qué debió hacer para lograr su objetivo.
«La odisea comenzó tras el anuncio de Diosdado Cabello. Creo que la primera sensación que hubo fue de confusión, porque él lo que decía era que se suspendían los vuelos desde Colombia hacia Venezuela y creo que muchas personas como yo se preguntaban si los de Venezuela a Colombia también iban a ser suspendidos. Fueron como unas dos horas de esa confusión, hasta que ya los primeros vuelos provenientes de Colombia empezaron a ir cancelándose y antes del comunicado del Instituto Aeronáutico de Colombia yo me adelanté y compré un vuelo Caracas-San Antonio, justamente para intentar el día de hoy (martes) cruzar las fronteras para no perder la totalidad del viaje y la conexión hacia Estados Unidos», explicó.
Rocha relata que en la frontera Táchira-Colombia el volumen de personas cruzando era grande y que los taxistas que pasan los puentes internacionales manifestaron una actividad inusual en estas últimas horas.
«Gasté aproximadamente 200 dólares en los vuelos adicionales (Caracas-San Antonio y Cúcuta-Medellín), para no perder una inversión inicial de 700 dólares para el viaje a Estados Unidos. Este gasto imprevisto refleja una de las principales consecuencias de la suspensión: los costos adicionales que enfrentan los pasajeros para reorganizar sus itinerarios», dijo.
Contó además que al llegar al aeropuerto Camilo Daza de Cúcuta, a las 3 de la mañana, notó que inicialmente estaba vacío, pero se llenó progresivamente con otros pasajeros afectados por la suspensión. Esto sugiere que muchos viajeros optaron por la ruta terrestre para llegar a Cúcuta y continuar sus viajes.
La normalidad en la compra de boletos en el aeropuerto indica que, al menos en ese momento, Cúcuta pudo absorber la demanda de pasajeros que buscaban conexiones, aunque el movimiento inusual en la frontera ya estaba generando cuellos de botella.
Aerolíneas afectadas
Marisela de Loaiza, presidenta de la Asociación de Líneas Aéreas Venezolanas (Alav) y del Consejo Superior de Turismo de Venezuela (Conseturismo), estima que al menos 30 vuelos y unos 3 mil pasajeros afectados dejará esta suspensión de vuelos. Indicó que entre las empresas afectadas se encuentran Avianca, Latam, Wingo, Laser, Avior, Satena y Turpial.
«El mejor consejo es que los pasajeros se dirijan a la agencia de viajes o la aerolínea, que le va a ofrecer el reembolso si lo necesitan o ponerlos en un próximo vuelo (…) depende también del destino final», explicó.
Destacó que las aerolíneas, en estos casos, no están obligadas a pagar hospedaje de los pasajeros, no obstante, atienden a los usuarios.
«Es una pérdida para las líneas aéreas también».
Los bemoles de la suspensión
Cancelaciones y reprogramaciones: La suspensión afecta aproximadamente a 3.000 pasajeros semanales, con 27 vuelos semanales cancelados en rutas como Bogotá-Caracas, Bogotá-Valencia y Medellín-Caracas. Pasajeros que ya habían abordado algunos vuelos fueron informados de la cancelación en el momento, generando frustración e incertidumbre.
Inconvenientes logísticos: Muchos viajeros, especialmente venezolanos que usan Colombia como punto de conexión para destinos internacionales (como EE. UU., Panamá, o República Dominicana), enfrentan complicaciones para reorganizar sus itinerarios. Esto es crítico para quienes tienen citas consulares, viajes de negocios o personales urgentes, como visitas familiares.
Impacto emocional y económico: Los costos adicionales por cambios de itinerario o la necesidad de buscar rutas alternativas (por ejemplo, a través de terceros países) representan una carga económica.
Reorganización operativa: Las aerolíneas deben coordinar la reubicación de pasajeros, lo que implica un esfuerzo logístico significativo. Por ejemplo, Latam y Wingo han informado que están contactando a los pasajeros para ofrecer alternativas como cambios de fecha sin costo o reembolsos.
Impacto comercial: La suspensión interrumpe una conectividad aérea que se había fortalecido desde noviembre de 2022, con 25 frecuencias semanales en 2024. Esto afecta no solo a los pasajeros, sino también a las actividades comerciales que dependen del transporte aéreo, como el comercio binacional y el turismo.
La región fronteriza, una de las más activas de América Latina, sufre un impacto económico adicional debido a la interrupción del flujo de personas y bienes.
The post Pasajeros y aerolíneas son los más afectados por suspensión de vuelos entre Colombia y Venezuela appeared first on Efecto Cocuyo.