Para el escritor, director y actor el teatro es método y disciplina, pero no rutina

A Luigi Sciamanna se le hace difícil hablar sobre el teatro y sus encuentros con la prensa son bastantes fugaces. 30 años de permanencia en esta carrera no pueden ser atribuidos a ninguna otra cosa más que al amor.
Afirma que esta no se ha convertido en una rutina y que por más que no esté continuamente cerca de las tablas, son esos descansos y los venideros regresos los que más lo llenan.
Además de actor en cine y teatro, Sciamanna se ha destacado en el ámbito venezolano por sus dirección y las obras de su autoría.
"Disciplina" es una característica que puede definir a la perfecciona este actor, escritor y director, por lo que su preocupación principal se va a los jóvenes hacedores de teatro.
"Es una generación que lo tiene todo a la mano, pero no lo aprovecha. Yo crecí en el teatro cuando no tenías un dispositivo con el que excusarte para llegar tarde o con el cual distraerte. Se veía ensayar a los que sabían más que nosotros, creo que esta generación tiene el reto de descubrir la intimidad del teatro. Al ensayo se va a ensayar", dice.
Sobre lo que ha sufrido el teatro en estos últimos 20 años, comenta: "Lo que ocurre en el país, el teatro lo va sufriendo, a veces lo esquiva, a veces lo enfrenta. Su tránsito ocurre paralelamente a lo que pase en el país".
Subido en las tablas como actor se le vio por última vez el año pasado con el montaje de "Los ángeles terribles" de Román Chalbaud, como director se le puede apreciar actualmente con "Pequeñas infidelidades" en el Teatro Trasnocho, y como escritor prepara para este año el montaje de una de las obras de su autoría.
Fuente: El Universal
IR
